Es una ciudad bastante caótica, como el país en si. Mucha circulación. Conducen como auténticos animales, las normas no están hechas para ellos, y eso que dicen que desde hace 2 años para acá hay un porcentanje muy elevado de coches que ya no están. Sobre todo los coches de lujo que es algo digno de ver. Parece ser que al rumano le gusta aparentar, y lo primero es el coche, lo segundo la mujer y lo último la casa. Y por lo que he visto es verdad.
Como he repetido hasta la saciedad desde que estoy aquí "es un lugar con muchas posibilidades". Tiene edificios muy bonitos, sobre todo los de la etapa húngara, ya que los típicos de la época comunista son bastante feos y grises (a parte de la suciedad). La plaza principal, Piata Uniri (plaza de la unión) es muy bonita, no en vano preside la foto del blog, pues es de lo más chulo que he visto. Quizas por su iglesia gótica que me recuerda a mi tierra.
Según la guia turística tiene varios museos por el centro y alrededores, pero es una aventura planear un día para ir a visitarlos, por que son un desastre y lo más fácil es que estén cerrados o rehabilitandose o yo que sé. El caso es que el único que se puede visitar ahora en el centro es el de arte de transilvania, y puede ser un poco cutre. Quizas alguien que no sea tan lerdo como yo en el tema del arte pueda apreciarlo de verdad, pero bueno, una vez más, esto tiene muchas posibilidades y mucho por hacer.
El que realmente se merece la pena para mi es el Etnográfico de transilvania, pero no el museo propiamente dicho, sino el Parque Etnográfico (Parcul Etnográfic Romulus Vuia). Aqui se pueden ver construcciones típicas de transilvania, con casas totalmente restauradas en las que puedes entrar y verlo todo tal y como era. Iglesias de madera, molinos, aserraderos.... y además darte un paseo super agradable por todo el recinto.
Otra cosa que para mi merece la pena, es perderse por el Jardín Botánico, es increíble. Para llevarse un libro y pasarse allí tardes enteras sentado en alguno de sus bancos. Muy muy bonito, se lo recomiendo a cualquiera.
A pesar de ser una ciudad tan grande, yo no la siento así, porque mi día a día es muy tranquilo, exceptuando mis luchas con el pequeñajo, pero no me quejo. Hay infinidad de parques infantiles, mucho más equipados que en españa y tengo varios a cinco minutos andando desde casa, asi que cada día a uno y ya está. La vida de ama de casa es un rollazo, pero bueno, es lo que de momento me toca y de ahora tengo que encontrar actividades alternativas para hacer y que esto no se convierte en una rutina que me agobie. En realidad aquí podría hacer mil cosas, el problema es que de momento no me atrevo a dejar a Marco en ninguna parte ni con nadie, asi que lo que hago básicamente es jugar.